LA PARÁLISIS ANTE LA IDEA DE FRACASAR ¿TE HA SUCEDIDO?
- psicsusanamg
- 25 jun
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Cuando estudiaba la maestría, me sentía motivada por la investigación que quería hacer, sin embargo, este primer intento fracasó, hubo una serie de factores que influyeron a pesar de los esfuerzos que realizaba. En esa encrucijada al final de los meses invertidos, la pregunta era ¿lo vuelvo a intentar o desisto?

Con este antecedente poco alentador surgieron las clásicas ideas irracionales, “no eres de aquí, nadie te va a dar la oportunidad de volver a investigar”, “quizá no te entiendan lo importante qué es, déjalo así”, “empezar de nuevo, no, capaz sale mal otra vez”, entre muchos otros pensamientos, asociados al temor o miedo.
Sin embargo, también hubo otra idea en mí, tal vez heredada de la madre que tuve. Aquí hago un paréntesis, ella me solía decir que todo era posible con esfuerzo, que el límite nos lo ponemos nosotros, ella fue un ejemplo en mi vida de no rendirte y dar lo mejor de ti mientras tengas vida. Me decía tanto que la vida solo es una y que las oportunidades llegan porque en el fondo tenemos la capacidad de hacer cosas grandes.
Me tomé un café, lo reflexioné y lo volví a intentar, consciente de la probabilidad de fracasar, pero como tantas veces le he dicho a mis pacientes, el hecho de que algo sea probable no lo convierte en seguro, yo misma trabaje para no caer en ese error de razonamiento. Por supuesto que hubo cierto temor, pero era más fuerte la confianza y determinación de intentarlo nuevamente. Finalmente logré mi objetivo pude realizar el proyecto y resultó bien.
Inicio en esta ocasión con esta anécdota porque, así como yo lo experimenté, sé que muchas personas lidian con el miedo a fracasar, la idea es tan poderosa que termina paralizando y se claudica ante un proyecto personal que ni siquiera comenzó.
Es importante que comprendas que las emociones se producen por el recuerdo de acontecimientos pasados, pero también pueden producirse por la anticipación de eventos futuros. (Greenberg, 2014)
Este mismo autor comenta que las emociones más difíciles de manejar son las asociadas al futuro porque te generan posibles reacciones ante los ensayos que produce en tu mente. Si lo que estamos imaginando son escenarios catastróficos sobre nuestro proyecto de vida o profesional y le creemos a esta representación mental, terminamos bloqueados y desgastados cognitivamente, sin la posibilidad de arriesgarnos. Y haciendo efectiva la profecía autocumplida al permitirle al miedo que se apodere de nosotros.
Ahora no estoy diciendo con esto que impulsivamente te lances a todo, el mensaje que quiero transmitir es que todo emprendimiento tiene su grado de riesgo implícito, pero que a pesar de ello puedes elaborar un plan de acción, donde evalúas todas las aristas a tomar en cuenta y conscientemente actúas, si fallamos en este intento no significa que seas un fracaso por el contrario es indicativo de aprendizaje, ver qué cosas no se tomaron en cuenta para no repetirlo en una segunda ocasión.
Es importante que no confundas tu valía con tus acciones, una conducta no puede definirte, la razón es sencilla, las acciones las podemos modificar cuando estemos listos para hacerlo, tu valía siempre es la misma, hagas o no hagas eres único e irrepetible.
Dentro de las estrategias que puedo aplicar en este proceso tenemos las siguientes:
Reemplaza la frase “Soy un fracaso” por “Tuve un fracaso, pero puedo empezar de nuevo”. Prohibido confundir tu Yo con tu Conducta.
Cambia este miedo sin sentido por una emoción útil, el miedo sí tiene una función, protegernos ante un peligro inminente para salvaguardarnos.
Si vemos nuestros objetivos profesionales o personales como eventos que nos ponen en peligro, nos mantendremos encerrados en una burbuja y ahí no hay evolución, solo veremos pasar la vida frente a nuestros ojos sin ser actores de esta.
Confiando más en ti, haz una lista de tus logros hasta el día de hoy, y recordar que quizá en alguno de ellos te asustaste un poquito, pero seguiste. Recupera esa idea que te ayudó y repítela.
Cuestiónate, ante tu proyecto a seguir, ¿qué sería lo peor que puede suceder? Y responderte desde el adulto que eres, todas las acciones que puedas llevar a cabo. Y si no resulta, ¿puedo vivir con ello? Y por supuesto que la respuesta es sí, si algo no sale como pensé es desafortunado, pero sigo con vida por lo tanto puedo vivir con esto.
Finalmente, Autoafírmate, si parte de este temor es el qué dirán, no cumplir las expectativas que tenían sobre ti y el ser juzgado, déjame recordarte que eres ciudadano del mundo, no conozco a nadie que haya nacido con un contrato firmado de que vino a complacer a los demás.
Eres libre, eres valioso, eres único, como lo mencioné anteriormente. Tienes derecho a ser tú, en este mundo vas a ofrecer lo que quieras dar, no guíes tus pasos por este miedo a fallar en lo que hagas, al contrario, sé consciente de que el fracaso también nos ayuda a madurar y tomar mejores decisiones, es parte del paquete de la vida y como adultos lo podemos manejar. ¡Atrévete!
muchas gracias, hermosa reflexión